Panduril escapando

Panduril, es Juan Ibáñez, Vitoriano sin raices venido al mundo en el buen año de 1982. Amante de la música, el pan duro, la filosofía,....... Amante en general.

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lunes, enero 12, 2009

A la sombra del guerrero y de la mujer dormida

El autobús arrancó como a las 8 de la mañana. Agarrar una línea de lujo tiene muchas ventajas; ante todo la rapidez, y no menos importante la comodidad. Se quiera o no, lo pintoresco no resulta demasiado confortable y en la medida de lo posible siempre es mejor intentar no viajar entre gallinas, fardos de garrapiñados, artesanías, maíz y demás productos típicos.

Aún con todo ni siquiera el lujo se libra de locuras en México. Me dirija rumbo a la altiva Puebla, el autobús de parada única en destino acababa de tomar la autopista cuando me percaté del enorme letrero; "CUIDADO CON EL VOLCÁN".
Acostumbrado a nuestras señales de ¡CAÑADA! o ¡PELIGRO CIERVOS! encontrarse con una advertencia así resulta ciertamente sobrecogedor; como si se pudiera esquivar un río de lava de igual forma que una piedra en el camino; vamos que casi podían escribir "Atención rece todas sus oraciones para que el volcán no estalle".
Y de repente apareció ante nosotros; un coloso humeante de nieves perpetuas y 5230 m de altitud. El Popocatépetl o "Montaña que echa humo" hacia gala y esplendor de su nombre.
A su lado otra inmensa mole rocosa, antiguo volcán, recibe el nombre de Ixtaccihuatl o "Mujer dormida". Cuenta la leyenda que la mujer murió de pena cuando el guerrero se fue a la guerra, y al regresar el guerrero (el popo) montó tan en cólera que estalló, y aún hoy sigue enfurecido.

La ruta atravesaba montañas y valles cubiertos todos ellos por densísimos bosques de Eucaliptos y Rododendros o vaya usted a saber cual especie de coníferas.
De vez en cuando se cruzaba en el camino alguna pequeña población, o inmensos ranchos de enormes pastos donde podía adivinarse con forma de pequeñas motas el ganado pastando al sol de la mañana; todo ello a unos 3000 m de altitud (me río yo de los pirineos..) Una auténtica estampa de alta montaña, con chimeneas humeantes y vaqueros almorzando alrededor de una hoguera.

Tras unas dos horas de viaje la ciudad de Puebla se dejó adivinar en el horizonte. Esta urbe, de 1,5 millones de habitantes tiene un perfil perfectamente reconocible desde la distancia, ya que cuenta con la escandalosa cifra de 365 iglesias (dato seguramente desfasado en la actualidad) cuyas cúpulas coronadas por cruces guían el camino del viajero.

Puebla, orgullo de México fue escenario de la victoria del general Zaragoza sobre las tropas del emperador Maximiliano el 5 de mayo de 1862. Último representante de las dinastías europeas y de la iglesia católica que gobernó el imperio Mexicano a petición del partido conservador, Maximiliano resultó demasiado liberal para los conservadores y demasiado conservador para los liberales, por lo que tras una guerra civil, fue finalmente apresado y fusilado por las tropas de Benito Juárez que tenían el apoyo incondicional de los Estados unidos que no veían con buenos ojos un régimen en América apoyado por las dinastías europeas.

Puebla es sin duda la ciudad más Española de México, y en las construcciones de piedra gris de sus calles trazadas con tiralíneas, alberga una buena parte de la burguesía más conservadora de México. Precisamente me acogió allí un buen amigo, hijo de españoles emigrados, que me mostró los rincones más preciosos de la ciudad.

Esta ciudad colonial, arrebató la supremacía a su vecina prácticamente absorbida, la indígena Cholula, allá por el siglo XVI.
Sin duda la pequeña ciudad indígena, hoy repleta de estudiantes y bares es la que más me cautivó, cuando al llegar al centro y siempre con la inmensa presencia del volcán me encontré con una preciosa iglesia construida a horcajadas sobre una pirámide, dejando constancia histórica de quienes fueron los vencedores.

Mi estancia en el estado de Puebla pasó fugazmente mientras los nervios crecían en mi interior. Comenzaba mi viaje hacia el sur y ya no conocía a nadie en el camino.


Os dejo unas fotos.




El Popo




La catedral de Puebla




Capilla de oro. Puebla




Iglesia sobre pirámide y Popo al fondo. Cholula




Iglesia sobre pirámide. Cholula




Hacienda. Cholula


Un abrazo a Ernesto, y a los demás muxus y abrazos según os corresponda.

viernes, enero 02, 2009

Chilangolandia

Hacían unos tres años de mi anterior incursión por tierras Mexicanas. Esta vez lo hice sin compañía y lo que es más importante, sin diario de viaje. La verdad es que aún ahora me cuesta ponerme a decribir la experiencia. Si hubierais leido mi narración del primer viaje, me comprenderiais. Suerte que no la publiqué.

Mi estilo literario sigue siendo deficiente y cursi a la par que confuso. Es precisamente por esto que no alcanzo a comprender el porqué de mi inusitado interés por contaros ahora cosillas de este viaje; pero bueno, dado que me siento con ganas de intentarlo, vamos allá.

Es dificil imaginarse el espacio que ocupan 25 millones de personas viviendo a ras de suelo. Los grandes edificios de viviendas no son demasiado comunes en el superpoblado Distrito Federal. Bajo el nombre de Insurgentes, una descomunal avenida se extiende a lo largo de 50 km dividiendo la gran urbe de norte a sur.

Otrora ciudad flotante de grandes palacios, pirámides resplandecientes y exhuberantes jardines, la bautizada por los conquistadores españoles como Ciudad de Mexico es en la actualidad la quintaesencia del subrealismo Mexicano.

Aún hoy se puede sentir en determinados lugares el latido del jaguar, guardián del infierno, enterrado por los Españoles para mayor gloria de Dios y de su majestad el emperador Carlos I y así dejar para los rincones oscuros del recuerdo los horrores y la demanda de sangre de tan demoniaca deidad.

Terremotos, erupciones volcánicas, revoluciones, pintores, arquitectos, escritores, pensadores, tiranos y libertadores o "menos tiranos"; sin duda lo ha tenido todo o casi todo. No en vano es la ciudad más importante de latinoamérica.
Elevado a semejantes proporciones todo resulta absolutamente sobrecogedor; la U.N.A.M. por citar un ejemplo, tiene la increíble cifra de 275.000 estudiantes.

No es todo esto lo primero que se aprecia en Chilangolandia. La realidad es otra bien distinta; la del contraste. Podemos encontrarnos en la capital Mexicana al hombre mas rico sobre la tierra mientras que a su paso se barre la miseria que habita las calles.

El terremoto de 1985 con un 8,2 en la escala Richter y 8.000 muertos sacó a la luz el alcance de las tramas de corrupción, cuando tras derrumbarse se comprobó que los edificios públicos no estaban construidos bajo la normativa de seguridad antisísmica.
Hasta entonces en el DF se registraban más de 8000 llegadas diarias de inmigración interna. De igual forma, campesinos cargados de esperanza continúan llegando hoy a la capital Mexicana. Estos campesinos levantarán en pocos dias una chabola donde poder vivir, y en las próximas elecciones, a cambio de sus votos podrán comprar el trazado de las calles y el suministro de agua. De esta forma cualquier espacio vacío acaba siendo un poblado donde armas y drogas reinan a placer y beneficio de políticos corruptos y narcotraficantes.
La policía no accede a determinados lugares, y en la noche no hay obligación de parar con el semáforo en rojo.

El nivel de contaminación es espeluznante, hasta tal punto que en 1999 tuvieron que paralizar el 30% del parque industrial y el 20% de los vehículos porque los pajaros caían asfixiados del cielo. Aunque esta situación no se ha vuelto a producir, se mantienen ciertas restricciones, por lo que podemos encontrarnos con que la matrícula de tu coche entra en el rango de matrículas con circulación prohibida para ese día.

Enfin, todo esto y mucho más.

Yo personalmente, tuve mucha suerte y una amiga me prestó un apartamentito en el edificio Rio de Janeiro (declarado patrimonio de la humanidad), en la plaza con el mismo nombre (si mal no lo recuerdo), en la colonia Roma. Una preciosidad de apartamento en una zona de marcado estilo colonial transitada por artistas, estudiantes y gentes de la cultura en general.
Por otro lado, gozé durante toda mi estancia del privilegio de la compañía y la conversación de un queridísimo amigo.
¿Que más podía pedir?

Os hablaría de los rincones de Ciudad de México, pero creo que es mejor que vayais vosotros mismos a descubrirlos. Son tantos los rincones que el tiempo vuela, y volando llegó la hora de mi partida rumbo a Puebla, por la senda del volcán, coloso de 5230 m de altura. Pero esa es otra historia..

Os dejo alguna foto.




La entrada del apartamento.








La U.N.A.M











La casa azul de Frida Khalo.





Muxus a Dànea y abrazos a Panchito; y a los demás según correspondan

Del invierno







Muxus y abrazos según corresponda

De la luz







Muxus y abrazos según corresponda