Panduril escapando

Panduril, es Juan Ibáñez, Vitoriano sin raices venido al mundo en el buen año de 1982. Amante de la música, el pan duro, la filosofía,....... Amante en general.

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viernes, enero 02, 2009

Chilangolandia

Hacían unos tres años de mi anterior incursión por tierras Mexicanas. Esta vez lo hice sin compañía y lo que es más importante, sin diario de viaje. La verdad es que aún ahora me cuesta ponerme a decribir la experiencia. Si hubierais leido mi narración del primer viaje, me comprenderiais. Suerte que no la publiqué.

Mi estilo literario sigue siendo deficiente y cursi a la par que confuso. Es precisamente por esto que no alcanzo a comprender el porqué de mi inusitado interés por contaros ahora cosillas de este viaje; pero bueno, dado que me siento con ganas de intentarlo, vamos allá.

Es dificil imaginarse el espacio que ocupan 25 millones de personas viviendo a ras de suelo. Los grandes edificios de viviendas no son demasiado comunes en el superpoblado Distrito Federal. Bajo el nombre de Insurgentes, una descomunal avenida se extiende a lo largo de 50 km dividiendo la gran urbe de norte a sur.

Otrora ciudad flotante de grandes palacios, pirámides resplandecientes y exhuberantes jardines, la bautizada por los conquistadores españoles como Ciudad de Mexico es en la actualidad la quintaesencia del subrealismo Mexicano.

Aún hoy se puede sentir en determinados lugares el latido del jaguar, guardián del infierno, enterrado por los Españoles para mayor gloria de Dios y de su majestad el emperador Carlos I y así dejar para los rincones oscuros del recuerdo los horrores y la demanda de sangre de tan demoniaca deidad.

Terremotos, erupciones volcánicas, revoluciones, pintores, arquitectos, escritores, pensadores, tiranos y libertadores o "menos tiranos"; sin duda lo ha tenido todo o casi todo. No en vano es la ciudad más importante de latinoamérica.
Elevado a semejantes proporciones todo resulta absolutamente sobrecogedor; la U.N.A.M. por citar un ejemplo, tiene la increíble cifra de 275.000 estudiantes.

No es todo esto lo primero que se aprecia en Chilangolandia. La realidad es otra bien distinta; la del contraste. Podemos encontrarnos en la capital Mexicana al hombre mas rico sobre la tierra mientras que a su paso se barre la miseria que habita las calles.

El terremoto de 1985 con un 8,2 en la escala Richter y 8.000 muertos sacó a la luz el alcance de las tramas de corrupción, cuando tras derrumbarse se comprobó que los edificios públicos no estaban construidos bajo la normativa de seguridad antisísmica.
Hasta entonces en el DF se registraban más de 8000 llegadas diarias de inmigración interna. De igual forma, campesinos cargados de esperanza continúan llegando hoy a la capital Mexicana. Estos campesinos levantarán en pocos dias una chabola donde poder vivir, y en las próximas elecciones, a cambio de sus votos podrán comprar el trazado de las calles y el suministro de agua. De esta forma cualquier espacio vacío acaba siendo un poblado donde armas y drogas reinan a placer y beneficio de políticos corruptos y narcotraficantes.
La policía no accede a determinados lugares, y en la noche no hay obligación de parar con el semáforo en rojo.

El nivel de contaminación es espeluznante, hasta tal punto que en 1999 tuvieron que paralizar el 30% del parque industrial y el 20% de los vehículos porque los pajaros caían asfixiados del cielo. Aunque esta situación no se ha vuelto a producir, se mantienen ciertas restricciones, por lo que podemos encontrarnos con que la matrícula de tu coche entra en el rango de matrículas con circulación prohibida para ese día.

Enfin, todo esto y mucho más.

Yo personalmente, tuve mucha suerte y una amiga me prestó un apartamentito en el edificio Rio de Janeiro (declarado patrimonio de la humanidad), en la plaza con el mismo nombre (si mal no lo recuerdo), en la colonia Roma. Una preciosidad de apartamento en una zona de marcado estilo colonial transitada por artistas, estudiantes y gentes de la cultura en general.
Por otro lado, gozé durante toda mi estancia del privilegio de la compañía y la conversación de un queridísimo amigo.
¿Que más podía pedir?

Os hablaría de los rincones de Ciudad de México, pero creo que es mejor que vayais vosotros mismos a descubrirlos. Son tantos los rincones que el tiempo vuela, y volando llegó la hora de mi partida rumbo a Puebla, por la senda del volcán, coloso de 5230 m de altura. Pero esa es otra historia..

Os dejo alguna foto.




La entrada del apartamento.








La U.N.A.M











La casa azul de Frida Khalo.





Muxus a Dànea y abrazos a Panchito; y a los demás según correspondan

1 Comments:

Blogger Esther Hhhh said...

Me encantó el relato, aunque me sigue intrigando la historia del polizón de tu pie... Y me gustan muuuuucho las fotos, dios que envidiaaaa aish....

En fin que bienvenido de nuevo a tu espacio, ah, las fotos de invierno y de luz también me gustaron ;)

Besitosssss

22:39  

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