Panduril escapando

Panduril, es Juan Ibáñez, Vitoriano sin raices venido al mundo en el buen año de 1982. Amante de la música, el pan duro, la filosofía,....... Amante en general.

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domingo, enero 08, 2006

México Insurgente II

John Reed, y varios hombres mas caminan siguiendo la via del ferrocarril, hacia el frente en Torreón. De pronto, al amanecer aparece un grupo de heridos, que camina siguiendo la misma via en dirección contraria, hacia el tren médico.



John escribe:
Uno de ellos bajó de su cabalgadura y se acuclilló junto a nosotros.
-Fué terrible-dijo de pronto-. ¡Caramba! ¡Entramos allá anoche a pie! Estaban dentro del tanque del agua, habian hecho agujeros para los rifles. Tuvimos que subir y meter los cañones de nuestros rifles por los agujeros; los matamos a todos, ¡una trampa de muerte! ¡Y después el corral! Tenía dos hileras de miradores: una para los que estaban de rodillas en tierra, y otros para los que se hallaban de pie. Allí había tres mil rurales; tenian cinco ametralladoras para barrer el camino. Y la casa redonda, con sus tres hileras de trincheras afuera y pasos subterráneos, de modo que se podían arrastrar bajo el fuego y cazarnos por detrás... Nuestras bombas fallaron, ¿y qué podiamos hacer con cuestros rifles? ¡Madre de Dios! Pero fuimos tan rápidos que los cogimos por sorpresa. Capturmos la casa redonda y el depósito de agua.



Pero esta mañana, llegaron miles y miles -refuerzos de Torreón- y su artillería, y nos desalojaron otra vez. Subieron hasta el tanque de agua y metieron los cañones de los rifles por los mismos agujeros matando a todos. ¡Malditos hijos de los diablos!

Asi es el ser humano amigos. Siempre barriendo para casa. Por supuesto el diablo siempre está en otros, jamás en uno mismo.


Muxus y abrazos según corresponda

5 Comments:

Blogger kwaku Ananse said...

"el diablo siempre está en otros, jamás en uno mismo."
¿Cómo decidir, o por qué, quién es el bueno y el malo en una guerra? Cada uno tiene una causa que considera inequívoca, un motivo que le excluye de tener piedad o algún tipo de escrúpulos. Cada componente tiene algo que defender. Y sin embargo, todos participan de algo que los convierte por igual en despiadados, en criminales, en desalmados. Pero así es la guerra, y así es la condición humana. Uno puede soportar los horrores que le revuelven las tripas y reburgitar su vómito como si nada fuera en realidad tan terrible como pudiera parecer. Pero en realidad lo peor de aquellos que combaten en una lucha armada, es vivir después con la conciencia intranquila de si su causa merecía la sangre que manchó sus manos.Si su causa puede perdonarles sus pecados. Y cómo olvidar lo que se vieron "obligados" a hacer, para empezar una vida "normal" sintiendose un hombre en paz con Dios y consigo mismo. Porque finalmente, uno descubre que el diablo está en todos.
Realidades del hombre. Esencia de hombre. Y su condena no es sino su propia conciencia.
Ya lo ves, Juan, más de uno, y muchos más,escribieron sobre esto, y pensarán sobre esto. Pero mantén la esperanza mientras sea posible.

14:24  
Blogger kwaku Ananse said...

por cierto, gracias por seguir escribiendo en mi blog.Creo que eres el único lector fiel...espero que siga siendo así.

14:28  
Blogger Juan said...

El problema, es que todas las causas son en realidad tapaderas, bajo las que se ocultan las ansias y avaricias del hombre. En todas las guerras, sin importar cual haya sido su justificación se ha dado el pillaje y el saqueo, la barbarie desconmesurada y gratuita, con el posterior disfrute de lo saqueado.
Hace poco me leí un artículo de Paulino Castañeda, "La ética de la conquista de América"
Cuando los reyes Católicos, se lanzaron con Colón al descubrimiento de nuevas rutas y tierras, el papa Alejandro nomeacuerdocuantos, extendió una bula a los reyes Católicos, por la cual les hacía señores de todas las tierras que descubrieran más al oeste de una linea de hecha en un solo trazo,y situada a 4oo millas al oeste de las azores.
El papa, les daba poder absoluto, encomendándoles la misión de evangelizar y traer al cristianismo a las gentes de las nuevas tierras. Esto, fué la santa excusa de terribles injusticias y horrores; pero en ese ambiente, hubo mucha gente (especialmente los dominicos) que se preguntaron sobre la moralidad de todo lo que estaban haciendo. Esa moralidad preocupó incluso al emperador Carlos V, y fué bajo su mandato que se establecieron ciertas normas morales y derechos de los indios, que por supuesto no se cumplieron.
El detalle curioso de todo esto, es que el imperio Español, es el único en toda la historia que estando en pleno apogeo, y en pleno expansionismo se planteó acerca de la moralidad de lo que se traia entre manos, perfilando ya entonces lo que son las actuales leyes del derecho internacional.
¿y de que sirvió entonces todo esto? pues de lo mismo que ahora, absolutamente de nada.
Pero asi es el hombre, siempre prefiere una buena tapadera bajo la que desarrollar su asquerosa ruindad.
Al menos siempre ha habido algun hombre justo, y en eso esta la esperanza personal.

09:34  
Anonymous Anónimo said...

Sobre esto mismo estuve debatiendo el otro d'ia con un buen amigo m'io. Sobre si el ser humano es bueno o malo por naturaleza.
Est'a claro que la historia de la humanidad como un conjunto est'a llena de barbarie, pero tambi'en han existido personas que han pasado a la historia como almas bondadosas que murieron ayudando alos dem'as. Entonces quiz'as no se pueda hablar de forma gen'erica sobre una naturaleza humana (tanto si es para bien como si es para mal).
Pero quiz'as s'i es posible hacer una generalizaci'on. Y en ese caso, creo que estar'iamos jodidos.
En cualquier caso, yo me resisto a creer que el ser humano es malo por naturaleza. Todav'ia conservo algo de esperanza.

Charlie.

18:31  
Blogger kwaku Ananse said...

Digamos que el ser humano tiene capacidad para hacer el bien, pero eso supone una represión de los malos impulsos. La tendencia del hombre es el pecado. Adan comió del fruto prohibido. Pero no es la naturaleza oscura del hombre lo que debemos sacar en claro de aquí, sino la necesidad de luchar contra ella y la certeza de que tenemos la capacidad de hacerlo mientras esté en nuestras manos.
Sí,existen los hombres buenos.

13:22  

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