Dolores fuertes de barriga y Paula

Me resulta dificil llamar hogar al curioso tugurio que viene a ser mi casa.
Quienes conocisteis mi antigua morada, la verde, aquella que Loko y yo compartimos con tan curiosos inquilinos, sabeis que el caos que allí imperaba era dificilmente superable. Pues bien, ese caos es superable, y no hay mejor demostración de esto que el 6-14B de la plaza los tilos.

Los vecinos, son muy curiosos, tanto que por ejemplo ayer mismo, subí en el ascensor con tres fornidos agentes de la policía que venían a intervenir en alguna suerte de altercado en el piso de arriba.

Competidores por el ascensor aparte, y de puertas adentro, me imagino que ya os podréis hacer una idea de lo que puede llegar a ser mi piso. Lo que yo voy a relataros, es una pequeña experiencia de lo que supone llevar una vida normal en tan caótico entorno.
Hoy tenía un exámen. Ayer, tras volver de la biblioteca (donde normalmente me resulta mas cómodo estudiar)desplazé a la cama el poco definido montón de articulos variados que cubrian mi mesa de estudio y me puse a estudiar. Estuve estudiando con las piernas encajadas entre las patas de la mesa y una caja de cartón llena de historias que lleva ocupando ese lugar desde el mismo momento de la mudanza, hasta algo así como las dos y media de la mañana (se que lo lógico habría sido desplazar la caja, pero no hay otro espacio libre lo suficientemente grande en el resto del suelo de mi habitación).

A la hora de meterme a dormir, volví a colocar el informe montón sobre la mesa de estudio, y me metí en ese arrugado cúmulo de mantas y sábanas que es mi lecho.

El panorama del resto de la casa no es mucho mas reconfortante. Esta mañana, me he levantado a las seis y media, y como todas las mañanas, por imposición metabólica, he acudido fiel a la taza del water. El baño en el que acostumbro a entrar en este momento del día, huele excesivamente a humedades varias de origen dudoso, asi que hoy, como no me sentía con fuerzas para soportarlo, me he metido al otro baño. Este no huele tan mal, pero claro, la taza está rota y al levantarme, lo he hecho con el clásico semicírculo blanco que todos conoceis totalmente adherido al culo.

Tras ducharme me he dispuesto a tomar un café, que despejara un poco mi aletargada mente, de cara a comenzar el día con un exámen.
En la pegajosa cocina, estaba la muy descompuesta cafetera con una infame mezcla de café descafeinado y cafe normal, que para colmo, llevaba hecha del orden de tres dias. Una auténtica basura, pero tenía mucha prisa por terminar de despertarme, y hacer un último repaso de la asignatura, así que me lo he servido en un vaso, he añadido la leche y... ¡¡Mierda!! ¡¡No había azúcar!!

Rápidamente, mi adormecida mente ha buscado una solución al problema en cuestión, resolviendo añadir al mejunge un par de onzas de chocolate negro que estaba seguro endulzarian la horrible pócima (se que el chocolate negro es mas amargo que dulce, pero no había más, y tampoco se me ha ocurrido pensarlo).
Como os imaginaréis, no ha funcionado, asi que me he bebido el café (que ya se había enfriado)sin azúcar, y luego, me he comido las onzas de chocolate tras despegarlas del fondo del vaso.
Después he repasado el exámen, me he congelado de camino a la universidad, he cumplido espero que bien con mi deber, y ahora me aguanto como puedo los dolores fuertes de barriga.

Con respecto a Paula, deciros, que se trata de mi nueva guitarra, la "Les Paul" a la que he decidido bautizar como Paula.



Muxus y abrazos según corresponda.